Las jornadas laborales prolongadas, frente a una computadora o en posiciones estáticas, pueden generar tensión muscular, fatiga visual y una notable disminución de la concentración. Para contrarrestar estos efectos, incorporar microdescansos activos es una estrategia sencilla y eficaz. Se trata de pausas breves, de uno a cinco minutos, que permiten recuperar energía y mantener la mente y el cuerpo en equilibrio.
Cómo aplicar las pausas correctamente
Durante la jornada, realizar estiramientos suaves, mover los hombros y las manos o dar algunos pasos ayuda a activar la circulación y prevenir molestias. Cambiar de postura, mirar hacia un punto lejano para descansar la vista o simplemente respirar de manera consciente también son prácticas recomendables. Estas acciones no requieren equipamiento ni espacios específicos, solo la constancia de incluirlas en la rutina diaria.
Beneficios para la salud y la productividad
Introducir microdescansos activos de forma regular contribuye a reducir el estrés, prevenir lesiones musculoesqueléticas y mejorar la concentración. Además, fomenta una cultura de prevención en los entornos laborales, donde el bienestar se considera parte de la productividad.
Promover estas pausas en los equipos de trabajo genera un clima más saludable, incrementa el compromiso y reduce la fatiga general. Cuidar el cuerpo y la mente durante la jornada no demanda grandes esfuerzos, solo la decisión de detenerse unos minutos para moverse y respirar.
Pequeños gestos, aplicados con frecuencia, pueden marcar una gran diferencia en la salud y el rendimiento de las personas trabajadoras. Y esa es, en definitiva, la mejor inversión para cualquier espacio laboral.
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