El cuerpo humano tiene sus propios métodos para combatir el frio extremo, como reducir el suministro de sangre a las capas superiores de la piel para conservar el calor, bajar la frecuencia cardiaca y aumentar el consumo de energía interna mediante el metabolismo (inicialmente se nota por un aumento del vigor y luego la aparición de escalofríos).
Con la llegada del frío extremo estos días, repasamos algunas herramientas para combatir el estrés térmico antes de que se sea irreversible. Evitar que el interior de nuestro cuerpo baje de la temperatura mínima interna que son 36 grados, conlleva graves problemas para su correcto funcionamiento que pueden significar desde dolor en las extremidades hasta la muerte.
Es el diagnóstico médico de la disminución de la temperatura corporal por debajo de lo normal. El cuerpo pierde temperatura de tres modos diferentes:
Cada persona es diferente y tiene un grado de aclimatación y adaptación a la temperatura único, por lo que se ha de estudiar cada caso de manera singular. Pero para la prevención del riesgo hemos de tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Usar la ropa adecuada teniendo en cuenta que debe aislar frente al frio, el viento y la humedad, pero a la vez debe permitir la transpiración y disipación de parte del calor que se genera al trabajar.
También hemos de tener en cuenta que debe cómoda a la hora de realizar el trabajo, hablamos de que permita los movimientos necesarios y que no sea demasiado pesada o voluminosa.
Evitar que los sistemas de distribución de aire frio den directamente sobre el puesto de trabajo. Aislar los procesos o equipos que se puedan encontrar en el camino de las corrientes o flujos de aire climatizado.
Reducir o eliminar las tareas que impliquen una escasa actividad física.
Limitar la duración de la exposición aumentando la frecuencia y duración de los tiempos de descanso y recuperación.
Realizar programas de formación para el reconocimiento de los síntomas y signos de la exposición y congelación.