Cada 10 de junio se conmemora en nuestro país el Día de la Seguridad Vial, una fecha que invita a reflexionar sobre cómo mejorar los hábitos al transitar.
Más que una efeméride
La fecha recuerda el cambio de sentido en la circulación adoptado en 1945, cuando nuestro país comenzó a manejar por la derecha. Sin embargo, el objetivo actual va mucho más allá: fomentar una cultura de prevención en calles y rutas.
Respetar normas, usar el cinturón, mantener velocidades adecuadas y estar atentos son hábitos fundamentales. En Argentina, los siniestros viales siguen siendo una de las principales causas de muerte no natural, según datos de la ANSV.
Seguridad vial y entorno laboral
Muchas personas trabajadoras conducen a diario o se trasladan en distintos medios de transporte. Las empresas pueden aportar valor promoviendo protocolos internos, capacitaciones y controles preventivos sobre los vehículos.
Estas acciones reducen riesgos y refuerzan una cultura organizacional enfocada en el cuidado de la vida. También pueden contribuir a reducir el ausentismo y mejorar el clima laboral.
La incorporación de tecnología también juega un rol clave. Aplicaciones móviles, sensores en vehículos o plataformas de gestión de flotas permiten detectar maniobras riesgosas, planificar rutas seguras y monitorear el comportamiento al volante. Estas herramientas aportan datos concretos que pueden traducirse en mejores decisiones.
Además, promover la movilidad sustentable —como el uso de bicicletas, transporte público o caminatas cortas— no solo mejora la salud y el medio ambiente, sino que también puede reducir la exposición a riesgos viales. En contextos urbanos, pensar alternativas más seguras y responsables al automóvil es parte de una estrategia integral.
En este Día de la Seguridad Vial, vale la pena frenar y pensar cómo queremos movernos. Cada decisión importa y, cuando se trata de proteger vidas, actuar con responsabilidad hace la diferencia.
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