La Superintendencia de Riesgos del Trabajo llamó a “reflexionar” sobre el trabajo nocturno y por turnos, tras la publicación del documento técnico en base a un estudio realizado al respecto.
Según los últimos datos disponibles (2018) en nuestro país el 29% de la población trabajadora encuestada cumple turnos rotativos y variables; el 8,9% realiza tareas por la noche y el 21,7% tiene jornada laboral fraccionada.
En función de esto, la SRT difundió recientemente una lista de “buenas prácticas” para evitar los riegos relacionados con la cronobiología de las personas trabajadoras:
La cronobiología es una rama de la biología que estudia los ritmos biológicos en los organismos vivos y cómo estos están influenciados por factores temporales, como el ciclo día-noche, estaciones, y otros ciclos ambientales. Estos ritmos biológicos pueden manifestarse en diversos aspectos de la fisiología y el comportamiento, como el ciclo de sueño-vigilia, la secreción hormonal, la temperatura corporal, la actividad metabólica, entre otros.
El trabajo nocturno puede interferir con los ritmos circadianos naturales del cuerpo humano (es decir, los ciclos biológicos que se repiten aproximadamente cada 24 horas y que regulan una amplia variedad de procesos fisiológicos y comportamentales en organismos vivos, incluyendo humanos). Esto puede tener efectos negativos en la salud y el bienestar a largo plazo. Es importante que las personas que trabajan en turnos nocturnos tomen medidas para mitigar estos efectos, como mantener horarios de sueño regulares, exponerse a la luz natural durante el día, y cuidar su salud general mediante una alimentación adecuada y ejercicio regular.
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