Encontrar un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal no solo mejora el bienestar general, sino que también es clave para mantener un alto rendimiento profesional. Desconectar del trabajo se ha convertido en una necesidad en un mundo cada vez más conectado, donde los límites entre ambas esferas suelen diluirse.
Desconectar del trabajo permite al cuerpo y a la mente recuperarse, lo que previene el agotamiento laboral y reduce riesgos psicosociales como el estrés crónico o la ansiedad. Además, descansar adecuadamente mejora la capacidad de tomar decisiones, la creatividad y la productividad. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo, los empleados que logran desconectar tienen un 30% más de probabilidad de sentirse satisfechos con su trabajo.
Las empresas tienen un papel fundamental en el bienestar de sus empleados y deben fomentar el equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Implementar políticas como horarios flexibles, programas de desconexión digital y actividades de bienestar puede marcar la diferencia. En el contexto del trabajo, la reducción de riesgos psicosociales también es una obligación que contribuye a un ambiente laboral más saludable y seguro.
La correcta desconexión laboral no solo beneficia a los empleados, sino que también impacta positivamente en la organización. Un equipo descansado y equilibrado es un equipo más eficiente y comprometido.
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